Haga ejercicio con cuidado durante el embarazo

Ejercitarse durante el embarazo puede ser bueno para usted, pero es necesario que preste especial atención a algunas cosas. Hable con su médico acerca de su rutina de acondicionamiento físico antes de comenzar a practicarla.

Si su médico aprueba su entrenamiento, tenga presente estas cosas:

No se esfuerce demasiado

  • Debería poder hablar con facilidad mientras se ejercita.

Manténgase hidratada y fresca

  • Beba mucha agua antes, durante y después de ejercitarse.
  • Lleve consigo una botella de agua, y no se ejercite en lugares demasiado calurosos o en climas húmedos.

Use pesas solo si su médico lo aprueba

  • Use pesas livianas: levantar demasiado peso puede provocarle lesiones. 

Cuente las calorías

  • Necesita al menos 300 calorías adicionales por día para permitir el desarrollo del bebé, e incluso más si se ejercita con regularidad.

Pare cuando esté cansada

  • Este no es el mejor momento para ponerse a prueba.

Controle su espalda

  • Al llegar al segundo trimestre, permanecer de espalda puede debilitar el flujo de sangre hacia la placenta.

Evite ejercitarse si tiene fiebre

  • Solo elevará su temperatura corporal, lo que podría ser peligroso para su bebé.

Cosas que deben evitarse

  • Deportes grupales intensos
  • Ejercicios de alta intensidad
    • Ejercicios que podrían privarla de oxígeno
    • Buceo
    • Practicar senderismo a gran altura
    • Ejercicios que requieren movimientos repetidos de rebotes o sacudidas
    • Cardio kick boxing
    • Ejercicios demasiado exigentes
    • Levantamiento de pesas
    • Prensas de pierna
    • Flexiones
    • Abdominales

Señales de peligro

Deje de ejercitarse de inmediato y llame a su médico si tiene:

  • Dolor de vientre o pélvico
  • Contracciones uterinas
  • Falta de movimiento de su bebé
  • Mareos o aturdimiento
  • Frialdad o sensación de humedad
  • Sangrado vaginal
  • Descarga de fluido vaginal
  • Ritmo cardíaco raro o acelerado
  • Falta de aliento
  • Dolor en el pecho
  • Problemas para caminar
  • Inflamación repentina en sus manos, rostro o tobillos

Conozca sus límites

Si tiene alguna enfermedad de largo plazo, como asma, presión arterial alta o altos niveles de azúcar en sangre, su médico podría tener recomendaciones más específicas.
Si no se ejercitó antes de quedar embarazada, este no es el mejor momento para volverse fanática del acondicionamiento físico. Ejercitarse puede ser una buena idea, pero limítese a las caminatas diarias y los ejercicios suaves.

Busque clases especiales para mujeres embarazadas. Ejercitarse con alguien que conoce sus necesidades puede ser una gran ayuda.

En ocasiones, su médico le sugerirá que evite ejercitarse por completo, por ejemplo, ante estas circunstancias:

  • Enfermedades cardíacas o ciertos tipos de enfermedades pulmonares
  • Sangrado durante el segundo o tercer trimestre
  • Presión arterial alta provocada por el embarazo
  • Trabajo de parto prematuro, incluso habiendo estado embarazada en el pasado
  • Retraso del crecimiento intrauterino (IUGR, en inglés), es decir, cuando el bebé está creciendo a un ritmo más lento de lo normal
  • Un cuello uterino débil
  • Placenta previa, es decir, cuando la placenta está adherida muy abajo en el útero
  • Su fuente se rompe demasiado pronto

Nunca practique pasatiempos riesgosos como:

  • Andar a caballo
  • Buceo
  • Esquí acuático y sobre nieve
  • Patinaje sobre hielo
  • Fútbol
  • Baloncesto
  • Cualquier otro deporte en el que podría ser golpeada por una pelota u otro objeto

Ejercitarse podría mantenerla en forma para facilitar la pérdida de peso después del nacimiento del bebé. Solo sea cuidadosa y hágalo de manera segura.

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