Cuando Jen y Greg Gulledge se convirtieron en padres primerizos, las cosas no salieron como habían planificado. Su hijo, Jack, nació 10 semanas antes de lo previsto y pesó solo 3 libras y 3 onzas. Pasó sus primeras siete semanas en la unidad de cuidados intensivos neonatales del Adventist Medical Center Hinsdale en Illinois. Dos años después, volvieron a la misma unidad de cuidados intensivos neonatales (NICU, en inglés) con su hijo menor, Micah.
Greg Gulledge, experto en arquitectura empresarial en Blue Cross and Blue Shield of Illinois, dice que aprendió de las enfermeras de la unidad de cuidados intensivos neonatales a centrarse en el bebé, pues las enfermeras prestaban atención a los pitidos y alarmas de los monitores. La pareja también aprendió que el seguro funciona de la misma manera. Eso les dio la tranquilidad de poder centrarse en el bebé en lugar de en el costo de la atención médica especial que necesitaban sus hijos.