Depresión

Sentir tristeza o angustia en algún momento es normal, le pasa a todo el mundo y son sentimientos pasajeros. En cambio, con la depresión esos sentimientos perduran por meses o incluso años. Es la principal discapacidad en los Estados Unidos en personas de 15 a 44 años y afecta a casi 15 millones de los ciudadanos de ese país.

La depresión es un problema de salud grave que puede afectar a cualquier persona, incluidos hombres, mujeres, adolescentes y adultos mayores. ​​​​​​​ Sin embargo, su incidencia es el doble en mujeres que en hombres.

Existen múltiples signos de depresión. ​​​​​​​ Con frecuencia, quienes la padecen experimentan una tristeza profunda y pierden el interés por actividades que antes disfrutaban.

Otros síntomas pueden incluir:

• cambios en los hábitos alimenticios o en el peso sin modificaciones en la dieta,
• Sueño más o menos prolongado de lo habitual
• Cansancio y niveles bajos de energía
• inquietud o irritabilidad,
• Sensación de inutilidad o culpa
• Problemas para concentrarse o tomar decisiones
• El hecho de pensar demasiado en algo o el intento de quitarse la vida
• Sensación de desesperanza
• preocupación.

Existen diferentes tipos de depresión, entre los que se encuentran:

• Posparto: Muchas madres recientes experimentan una cierta tristeza que se conoce como "baby blues", pero algunas sufren un cuadro más severo: la depresión postparto. Este trastorno se debe a los cambios hormonales y físicos que trae el parto, y adaptarse a la maternidad y la responsabilidad de cuidar de una nueva vida las abruma. Es fundamental que las mujeres con estos síntomas reciban apoyo y atención médica.
• Trastorno disfórico premenstrual: Algunas mujeres presentan una forma grave de síndrome premenstrual (SPM) (PMS, en inglés), denominada trastorno disfórico premenstrual (TDPM) (PMDD, en inglés). El PMDD se debe a cambios hormonales durante la ovulación y los días previos al inicio de la menstruación.
• Otras mujeres se deprimen debido a los cambios hormonales que llegan más adelante.
• Estacional: El trastorno afectivo estacional (TAE) (SAD, en inglés) aparece en invierno, cuando hay menos exposición a la luz solar, y suele disminuir en primavera y verano.
• Adolescente: La depresión en la adolescencia se presenta en una etapa de grandes cambios. Durante este período, los jóvenes construyen su identidad, enfrentan conflictos relacionados con la sexualidad y comienzan a tomar decisiones de manera independiente. Con frecuencia, se asocia a otros trastornos, como ansiedad, trastornos de la alimentación o abuso de sustancias. También puede conducir a una mayor posibilidad de suicido.

La depresión no tiene una única causa conocida. Entre los factores que pueden contribuir se encuentran:

• Química cerebral: Las personas con depresión, por lo general, tienen diferentes niveles químicos en sus cerebros que las personas que no sufren la enfermedad.
• Historia familiar: Algunos tipos de depresión tienen un componente hereditario, aunque también puede aparecer en personas sin antecedentes familiares.
• Problemas médicos o lesión cerebral: Ciertos problemas de salud, como tumores o lesiones cerebrales, también pueden provocar depresión.
• Reloj biológico: La menor exposición a la luz solar en otoño e invierno, a menudo, afectan el reloj interno del cuerpo y dan lugar a síntomas de depresión.
• Niveles de melatonina: Los cambios estacionales pueden alterar el equilibrio de la melatonina, una hormona que influye en el estado de ánimo y los patrones de sueño.

La depresión se puede tratar mejor si se detecta en una etapa temprana. Entre los tratamientos, se incluyen el uso de antidepresivos, psicoterapia (terapia conversacional) y, en el caso del TAE, terapia de luz. Su médico también puede sugerirle que haga cambios en su dieta, acondicionamiento físico y formas para aliviar el estrés. Encontrar la medicación y el tratamiento que le dé mejores resultados suele llevar tiempo. Asegúrese de decirle a su médico cómo se siente y esté abierto a otros tipos de tratamientos para encontrar el que mejor funcione para usted.

Si le preocupan sus sentimientos de tristeza persistente, consulte a su médico. Un profesional de la salud podrá realizar una evaluación, recetar medicamentos y sugerir alternativas de tratamiento.